Cualquier amigo de hacerse preguntas
habrá sentido curiosidad por el apellido de Chinchilla. ¿Por qué Chinchilla de
Montearagón y no Chinchilla a secas? Es verdad que hay al menos otra Chinchilla,
pero tan lejos, nada menos que en Australia, que no cabe confundirlas, lo que
hace innecesario concretar de cuál de las dos hablamos.
Sin embargo, cuando un chinchillano escribe su dirección, si no añade la coletilla, parece que a la dirección le falta algo y que las cartas no van a saber llegar a su destino. Igual sucede cuando da sus señas para algún trámite administrativo fuera de Chinchilla; por lo general, el funcionario mismo añade “de Montearagón” por propia iniciativa, como satisfecho de estar al tanto de ese dato que alarga el nombre de la ciudad y la completa dándole un toque aristocrático.
Sin embargo, cuando un chinchillano escribe su dirección, si no añade la coletilla, parece que a la dirección le falta algo y que las cartas no van a saber llegar a su destino. Igual sucede cuando da sus señas para algún trámite administrativo fuera de Chinchilla; por lo general, el funcionario mismo añade “de Montearagón” por propia iniciativa, como satisfecho de estar al tanto de ese dato que alarga el nombre de la ciudad y la completa dándole un toque aristocrático.
Por supuesto, ha habido mucha gente
que se ha hecho la pregunta. Incluso gente que ha rastreado los legajos y las
crónicas para contestarla. Aurelio Pretel publicó sus conclusiones en el año
84, en el segundo de los cuatro tomos negros del Congreso de historia de
Albacete, editado por el Instituto de Estudios Albacetenses. “En torno al
concepto y límites de un topónimo olvidado: La Mancha de Montearagón” se
titulaba su artículo (páginas 263-271). Allí desgrana sus pesquisas y expone
sus conclusiones. También es cierto que los datos son tan difusos que, como él
mismo reconoce: “pocas y pobres pueden ser nuestras conclusiones.” Pero las
hay.
Asegura Pretel que Montearagón no
tiene nada que ver con que abundara el esparto en los alrededores, por mucho
que los iberos llamaran a esta planta arrago.
De ahí la hipótesis: “Monte-arrago”,
que hubiera derivado en el topónimo que hoy conocemos. Tiene más sentido para
el historiador que Mancha de Montearagón sirviese para designar en el siglo
XIII un territorio poco poblado, al ser fronterizo entre las posesiones
musulmanas y cristianas, incluso castellanas y aragonesas. Un territorio árido
climatológicamente. Pero sobre todo un territorio que está más alto que la
llanura de la gran Mancha, y algo más bajo que las primeras estribaciones del
reino de Valencia o de Aragón. Es decir, desde la perspectiva de los viajeros
de entonces, un escalón para subir o montar hacia Aragón: Mancha de Monta Aragón.
Casi inmediatamente, el Infante don
Juan Manuel repobló estas tierras, que con el tiempo se convirtieron en el
Marquesado de Villena, lo que produjo una superposición entre los términos Marquesado
y Mancha de Montearagón, con ventaja del primero, que fue difuminando el
original. Además, a medida que el Marquesado ampliaba su territorio, también
desdibujaba el concepto territorial de Montearagón, otorgándole un matiz
político, en las pocas ocasiones en que se seguía usando. En el siglo XVI, la
confusión entre ambos términos era total. ¿Por qué pervivió en Chinchilla? Cuando
la ciudad tuvo que contestar a Felipe II las preguntas que el monarca había formulado
a las ciudades de su reino, Chinchilla puso mucho interés en desmarcarse de la
creciente hegemonía murciana. Para ello, hizo hincapié en su pertenencia
histórica a un territorio diferente: “Esta
ciudad está en la Mancha de Aragón, confina con el reino de Murcia; dicen que es
reino de Murcia; ella se titulaba antiguamente Montes de Aragón.” Cuestión
de orgullo, como se ve.
Y así ha seguido llamándose, lo que ha
evitado el topónimo se perdiera por desuso. Cierto que hay un Montearagón en
Toledo, pero tal vez su origen sea diferente, ya que dicen que lo fundó Sancho
Ramírez, rey de Aragón.
Hola. Llevo unos años trabajando en la historia de Montearagón de la provincia de Toledo. La reseña que has puesto sobre el origen de su denominación, viene de un error que se ha trasladado de documento en documento. Este municipio nunca perteneció a la corona de Aragón ni tuvo nada que ver con el Rey Sancho. Estos datos se corresponden al pueblo de Huesca con el mismo nombre.
ResponderEliminarLa hipótesis más factible es que el nombre venga de "cerros y agua", ya que es la configuración de este bonito pueblo,
Un saludo