Chinchilla en el teatro clásico

Este año, hemos tenido que compararnos con Olmedo y Getafe. Proyectábamos organizar una exposición de las tres ciudades y sus relaciones con el teatro clásico. Partíamos con desventaja. Olmedo suena, desde el título, a Lope de Vega y sus versos: “Que de noche lo mataron, al caballero”. También suena a Lope, y también desde el título, La villana de Getafe. Para encontrarle a Chinchilla una conexión áurea, nos exprimimos las neuronas sin éxito. Ya lo dábamos por perdido hasta que le pedimos ayuda al profesor Francisco Mendoza Díaz-Maroto,
buen amigo, compañero de instituto felizmente jubilado y coautor con Eloy Cebrián de la novela Madrid 1605 (que enfrenta a Cervantes con Lope); pero, sobre todo, un especialista consumado en bibliofilia.
Bastaron dos días para que el profesor Mendoza nos remitiera un informe completo.  Con Chinchilla en el título hay una obra de teatro que incluso se llevó al cine en 1928: El orgullo de Chinchilla. Es la adaptación de una obra francesa de 1902, que vertieron al castellano Alfonso Paso y Joaquín Abati y que se estrenó en 1913. En la obra original de Pierre Veber no aparecía el término Chinchilla. El orgullo era de Loute, lo que quiere decir que avecindar la obra en nuestra ciudad fue idea de los adaptadores españoles. Pero, en cualquier caso, queda muy lejos del siglo de oro.

Después de aludir a Alonso de Toro, que en 1531 repasaba en coplas las zonas vitivinícolas de la región, entre ellas Chinchilla, y a testamentos burlescos y pliegos sueltos posteriores, Mendoza me dijo: “lo que más se parece a lo que buscas es una obra de Tirso de Molina”: El castigo del penseque, en la que uno de los personajes principales se llama Chinchilla. En concreto, el gracioso, el criado de don Rodrigo Girón, un hidalgo hambriento, tan idéntico a un noble de Flandes que los propios padres del otro lo confunden con él. Ahí nace un enredo intenso de amores e influencias. Vete a saber de dónde sacaría la referencia a Chinchilla el fraile Tirso (1579-1648), pero ahí está. Puede leerse en edición de Cátedra de 2013, y también en edición virtual. Además acaba de reestrenarla la Compañía navarra Contrayerba.

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