Tijeras de Chinchilla

Página del artículo Tijeras artísticas de escritorio obradas en Chinchilla, de José Sánchez Ferrer. Publicado en el Segundo Congreso de Historia del IEA, Volumen III Edad Moderna. Albacete 2002
El Museo de la Cuchillería de Albacete ha celebrado aniversario. La fama de las navajas albaceteñas trasciende nuestras fronteras. Pero lo que mucha gente no sabe es que la cuchillería de Albacete y la de Chinchilla se criaron juntas. José Sánchez Ferrer documenta en un artículo al menos ocho tijeras de escribanía fabricadas y firmadas en Chinchilla.
Este tipo de tijeras, también llamadas de escritorio, servían para cortar los bordes irregulares de las hojas de papel, en un tiempo en el que la industria del papel no dominaba los acabados. Las tijeras eran necesarias en los despachos. Abundaban las corrientes y lisas, aunque también se elaboraban otras más artísticas y primorosas para el uso de los pudientes. A estas pertenecen los ejemplares de los que habla Sánchez Ferrer. Se conservan en los Museos Arqueológico Nacional, el Nacional de Antropología y el Frederic Marès de Barcelona, aunque el historiador conoce otras en manos de particulares. Todas ellas fueron labradas en la primera mitad del siglo XVIII, en la época del esplendor de esta artesanía chinchillana. Las crónicas corroboran que los talleres de labrado de tijeras funcionaron en Chinchilla entre 1690 y 1752. En este último año ya solo quedaba un cuchillero llamado Joseph Gutiérrez, al que se le atribuían unas ganacias de tres reales y medio al día, y de 630 al año. En 1787 no quedaba ningún artesano cuchillero en la ciudad. Las ocho tijeras que documenta Sánchez Ferrer proceden de cuatro maestros distintos, dos de ellos apellidados Gutiérrez, otro Mejías y el último Martínez. Sus piezas tienen estructuras parecidas y muchas coincidencias en los diseños, lo que indica que proceden de una escuela común. Pero es que las tijeras albaceteñas de la época tienen los mismos rasgos de cuidado en la forja, la lima y el grabado, así como la proporción armónica. Incluso presentan las mismas decoraciones, con los matices propios de cada artesano. Es decir, hablamos de una escuela común que obró el 77% de las tijeras con leyenda en la época e inspiró a todos los cuchilleros artesanos en un radio que abarcaba Toledo, Madrid, Murcia y Valencia, entre otras ciudades. 

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